Metales como el oro, la plata, el platino y el cobre a menudo se consideran activos estables, especialmente durante períodos de incertidumbre económica. Tienen valor intrínseco, no están sujetos a riesgos corporativos o gubernamentales y ofrecen protección contra la inflación. Invertir en metales ayuda a diversificar una cartera y brinda seguridad frente a las fluctuaciones en los mercados financieros.
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por 1 tonelada métrica
Con ALCUM, los inversores ahora pueden adquirir lotes de cobre (1 lote = 25 toneladas) o fracciones de lotes, accediendo así a inversiones de cobre a gran escala. Todos los activos de los clientes se almacenan de forma segura en el almacén vigilado de la empresa, y existen diversas opciones disponibles para gestionar estas inversiones:
01
Vender el activo a ALCUM al precio actual del mercado.
02
Revender el lote a otro cliente en la plataforma interna de negociación de ALCUM.
03
Transferir el activo a la gestión de una empresa comercial (parte del Grupo ALCUM) para obtener rendimientos estables (1-1,5% mensual).
04
Almacenar el activo en el depósito con la opción de retirarlo en persona o coordinar su entrega a casi cualquier lugar del mundo.
La alta demanda, sus amplias aplicaciones en tecnologías innovadoras y el crecimiento constante de su precio hacen de este metal una opción prometedora para inversiones a largo plazo.
Comienza a invertir
Aquí está la tendencia de los precios del cobre en los últimos años, que demuestra claramente su crecimiento constante. Esto confirma el potencial del cobre como un activo atractivo para inversiones a largo plazo. El aumento de los precios refleja la demanda constante de cobre y su importancia en tecnologías modernas y emergentes, lo que lo convierte en una opción especialmente prometedora para los inversores.
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El cobre destaca entre los metales por su combinación única de alta demanda y necesidad constante en diversas industrias. Es esencial para la construcción, la electrónica, la fabricación de vehículos eléctricos y la energía verde, lo que lo convierte en una opción especialmente atractiva dada la evolución global en términos ambientales y tecnológicos.
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Protección contra el riesgo tangencial y la volatilidad
Los futuros del cobre son altamente volátiles y pueden cambiar de valor rápidamente debido a factores a corto plazo, como operaciones especulativas y crisis financieras. Sin embargo, el cobre físico es un activo más estable, menos afectado por las fluctuaciones del mercado a corto plazo.
Propiedad real del activo
Al invertir en cobre físico, un inversor posee un activo tangible con valor intrínseco, a diferencia de los contratos que dependen de terceros. Esto resulta atractivo para los inversores que prefieren poseer activos directamente en lugar de a través de intermediarios.
Protección contra la inflación
Al igual que otros metales preciosos e industriales, el cobre puede servir como una sólida protección contra la inflación. A medida que la inflación aumenta, los precios de los recursos físicos suelen seguir la misma tendencia, ayudando a preservar el poder adquisitivo de las inversiones.
Herramienta de inversión a largo plazo
El cobre físico puede ser más atractivo para aquellos con una estrategia de inversión a largo plazo. Mientras que los futuros están orientados hacia beneficios a corto plazo y requieren monitoreo y gestión, un activo físico puede mantenerse durante períodos prolongados, beneficiándose del crecimiento natural de su valor.
Independencia de los compromisos del mercado
Las inversiones en futuros requieren una gestión continua, que incluye el cierre de contratos y la reanudación de posiciones. Con el cobre físico, no es necesario participar en estrategias comerciales complejas ni gestionar obligaciones contractuales.
Opciones únicas de venta y uso
El cobre físico se puede vender en diversos mercados y utilizar para múltiples fines, desde la fundición hasta su uso como materia prima. Esta versatilidad convierte al cobre en un activo flexible si se necesita liquidación o utilización.
Demanda global de cobre
El cobre físico sigue siendo demandado en diversas industrias, como la electrónica, la construcción y la energía. Por lo tanto, el almacenamiento a largo plazo de cobre físico tiene una alta probabilidad de mantener una demanda constante.
En los últimos años, el interés por las inversiones en cobre ha crecido, impulsado por grandes proyectos industriales y energéticos que requieren volúmenes sustanciales de este metal. Las principales tendencias incluyen:
Vehículos eléctricos e infraestructura de carga
El cambio global hacia el transporte eléctrico está impulsando la demanda de cobre, que se utiliza en motores eléctricos, baterías y estaciones de carga.
Energía renovable
La creciente popularidad de los paneles solares, las turbinas eólicas y otras instalaciones de energía verde requiere cantidades significativas de cobre.
Digitalización y telecomunicaciones
A medida que aumenta la demanda de conectividad a internet, tecnología en la nube y redes 5G, el cobre sigue siendo el material principal para cableado y cables.
Los analistas predicen que la demanda de cobre continuará creciendo en los próximos 5-10 años, principalmente debido a las iniciativas globales de descarbonización y la expansión de las fuentes de energía renovable.
Dado que las reservas de cobre son limitadas y existen desafíos asociados con su extracción, se espera que el precio de este metal aumente de manera constante.
